Entre los problemas de fertilidad exclusivamente masculinos, la azoospermia es uno de los más graves y más complejos –aunque afortunadamente no es el más frecuente–. La azoospermia es la ausencia de espermatozoides en el eyaculado, y representa aproximadamente entre el 2 y el 3% de los trastornos de fertilidad masculinos que vemos en una clínica de fertilidad.
En la actualidad, existen diferentes tratamientos que ofrecen tasas de éxito también distintas, y que dependen de qué tipo de azoospermia se trate.
Básicamente, existen dos tipos de azoospermia: la obstructiva, que se caracteriza por una obstrucción de los conductos que permiten el paso de los espermatozoides del testículo al eyaculado, y la secretora, que consiste en una falla del testículo, que da lugar a una producción aparentemente nula de espermatozoides.
El tratamiento no es curativo en todos los casos, pero de tratarse de la forma obstructiva, en el 100% se le puede ofrecer al paciente la posibilidad de ser padre [biológico]. En el caso de la forma secretora, las posibilidades de éxito del tratamiento rondan el 50 por ciento.
Fuente
http://www.proyecto-salud.com.ar/