Autor Tema: UNA LUZ EN LA OSCURIDAD  (Leído 835 veces)

Desconectado CENTAURO95

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UNA LUZ EN LA OSCURIDAD
« : Octubre 19, 2014, 02:04:34 pm »
Desconocer la historia y creer que el universo comenzó con nuestra generación de las computadoras  y las comunicaciones fáciles  y rápidas,  unido al mundo de la televisión y creer a pie  juntillas que antes de eso  no existía la civilización es una postura cómoda  y tonta pero  que muchos asumen casi sin darse cuenta. El caballo representa una de las mayores conquistas de la humanidad, la historia del hombre está unida a este animal como a  ningún otro en la historia, las epopeyas  griegas  tienen al caballo como protagonista  principal, con ejemplares  cuyos  nombres aún perduran en nuestra memoria, cómo olvidar a Janto, Balio, Pegaso y muchos otros. Es difícil pensar  en íconos de la historia desligados del caballo, el gran Alejandro pone el mundo a sus pies,  Julio Cesar cruza el Rubicón a lomos de un caballo y no se concibe un Atila, un Gengis Khan un Napoleón o  Simón Bolívar, San Martin o Washington sin un caballo. Esto solo por nombrar  a grandes personajes  de la historia de la humanidad, pero igual podríamos decir  de  las  más  sencillas  y comunes labores del hombre del pueblo, siempre unido  indefectiblemente al caballo. Tampoco  se puede  uno imaginar  las campañas  libertadoras de nuestra América  sin la presencia de nuestro noble animal.

Es tan relevante el caballo en la humanidad que aún en las mismas  escrituras sagradas judeo-cristianas y musulmanas, nombran  y alaban la fuerza, el poder, la belleza y la elegancia de los caballos. En la  Biblia se cuenta el número de caballos de reyes poderosos y según su cantidad  se  hacían más  fuertes, por último el simbolismo del caballo se demuestra en los jinetes del apocalipsis. No falta decir que en el Corán no solo se alaba  al caballo sino que se le considera una bendición, por eso para el pueblo árabe el caballo es una insignia de su identidad casi reverencial. El caballo es un emblema de prestigio, de poder, de belleza  y lealtad. Su presencia está unida en la actualidad a reyes, jeques, deportistas famosos, ricos y poderosos de la tierra, así como a humildes granjeros, campesinos, pueblo raso que lo usa en las más sencillas  y a veces heroicas labores de trabajo donde ganan el pan para su sustento y el de sus  familias.  También, por supuesto, a amantes de estos ejemplares, como es el caso de  nosotros los caballistas, quienes lo usamos para  el deleite y esparcimiento propio y de quienes los contemplan.

La conquista de nuestro suelo americano por  los españoles  fue mucho  más  fácil debido a la atemorizante presencia de los  hombres montados en sus corceles, sin ellos  tal vez no hubiese sido posible que unos pocos lograran vencer a verdaderos  ejércitos de aborígenes que nunca  habían contemplado a esos extraños y poderosos animales, los caballos. Así mismo la colonización  y fundación de nuestros pueblos está unida entrañablemente al fiel y constante compañero del hombre en la historia de sus conquistas, el caballo. Negar esto es desconocer y renunciar a  un elemento  fundante de nuestras raíces, de nuestro  más fiel compañero y orgullo de nuestros ancestros, el caballo.

La cómoda posición de muchos  pseudo ambientalistas y protectores de animales al prohibir y legislar en contra de las cabalgatas atenta contra un fundamental icono de nuestra historia, fuente de alegría y regocijo para casi todos, base del sustento de numerosas familias, esparcimiento gratuito para el pueblo y estandarte invaluable de nuestras raíces. La presencia y el derecho a las cabalgatas no debería siquiera de ser  discutido, reglamentado con base al derecho y las posibilidades reales es por supuesto algo necesario y lógico, pero muy diferente a la prohibición.

Es verdad que la historia del caballo de paso  colombiano está unido a muchos personajes oscuros de nuestro acontecer,  pero estigmatizar por esto a quienes realmente amamos al caballo es como hablar mal de Wagner por que Hitler lo escuchaba con placer y condenar a quienes hoy lo escuchen por ser nazis, del mismo modo podría citar incontables símiles de ejemplos donde no se puede ligar el objeto con el sujeto de por vida y satanizarlo por ello. Eso es lo que tratan de hacer y aprovechar muchos personajillos para sacar partido en contra de las cabalgatas.

Algunas veces usan argumentos tan ridículos como la pinta de los jinetes  y amazonas, como si no estuviera constitucionalmente  permitido el libre desarrollo de la personalidad para todos y la posibilidad de vestir y expresarse libremente  sin perjuicio para  otros.  Decir que se maltrata a los caballos es otra de sus tesis, cuando  realmente  los que lo criamos  somos  quienes  más lo amamos, en una  pasión que en pocas ocasiones es redituable económicamente para quienes lo hacemos, si eso no es amor entonces que sean ellos  los equinocultores del futuro, pero muy probablemente como dice el popular refrán “ni rajan, ni prestan el  hacha.” Estos son los lamentables personajes en cuyas manos está el destino de nuestras expresiones culturales y símbolos innegables de nuestra historia e identidad.

La calumnia  y la infamia es el arma de los cobardes, por eso es fácil para algunos demonizar a  quienes crían caballos, señalarnos es fácil porque somos  muy evidentes y  lo que hacemos lo hacemos con verdadera e innegable pasión,  pero eso es un estigma lejano de la realidad, hoy, salvo contadas excepciones, quienes criamos caballos lo hacemos con una tradición y  un legado que llevamos con orgullo y legalidad, muchas veces  sin esperar ganancias, solo alimentados por la emoción y la alegría de ver  nacer, criar, montar y disfrutar el magnífico animal de silla que orgullosamente llamamos caballo criollo colombiano.

Sentirnos señalados por algunos, afortunadamente pocos e irrelevantes, parece ser la condición y consecuencia natural de ser caballista, pues levantar la voz  contra el gremio hace ruido y es indudable que para algunos puede ser rentable, como quienes escriben en contra de los criadores, algunos politicastros del montón y muchos falsos defensores de animales que desconocen  lo más elemental de la crianza de un caballo. Sin ayuda   de nadie, señalados y satanizados, el panorama para el gremio parecía sombrío y sin posibilidades a futuro.

Afortunadamente, ese sentimiento de orfandad que sentíamos los caballistas parece que  ha tenido un cambio muy positivo con la presencia de la nueva junta de fedequinas, es loable sentir que se empieza a notar la presencia y el respaldo de  esta entidad en favor y defensa de nuestros intereses y sobre todo, de esa grata y amada actividad como es el poder cabalgar a lomo de nuestros animales por las calles de nuestras ciudades, en una expresión de arraigo y pertenencia, sin causarle mal a nadie y colaborando con ello a nobles  causas como siempre sucede.

Es indudable que el éxito de la gestión de  los nuevos dirigentes está ligado a la colaboración decidida y comprometida de todos, pero tener a alguien que señale un norte es diferente a caminar  en la oscuridad, felicitaciones a los nuevos dirigentes porque se empieza sentir que cosas nuevas  nos esperan y que con el concurso de todos, probablemente  alcanzaremos un final feliz y promisorio para todos.

Sinceramente
 
CENTAURO95

“Todos somos  iguales ante la ley, pero no ante los  encargados de aplicarla.”  Stanislaw Jerzy Lec
« Última Modificación: Octubre 19, 2014, 02:10:34 pm por CENTAURO95 »

Desconectado Jalisco

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Re:UNA LUZ EN LA OSCURIDAD
« Respuesta #1 : Octubre 19, 2014, 09:58:57 pm »
Así es estamos de acuerdo y nuestra lucha por el caballo criollo colombiano debe seguir en forma icansable.

atte jalisco

Desconectado Principe Zaquir

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Re:UNA LUZ EN LA OSCURIDAD
« Respuesta #2 : Octubre 20, 2014, 10:35:26 am »
Que bueno es ver un gremio unido en torno a un tema que tanto prejuicio esta causando entre quienes desconocen el tema de la crianza del caballo criollo colombiano y que se dejan influenciar por gente mal informada y pareciera que mal intencionada que buscan mas que un bien común, el protagonismo y reconocimiento.

Solo unidos y bajo un verdadero direccionamiento encaminado a la reglamentación y organización de nuestros desfiles de caballos lograremos desmentir a quienes con uno o dos hechos aislados tratan de enlodar el buen nombre de los verdaderos caballistas del país.
Alejo Aconcha
Pasión por los caballos desde la Cuna!